Con alta probabilidad la Nueva Mayoría se va a quebrar en el segundo semestre. Se inicia la formación de una coalición de la nueva izquierda por un lado (PC, IC, MAS, PPD, PRSD, parte del PS), que luchará contra “los poderosos de siempre” abriendo una agenda abiertamente populista, y se formará un nuevo centro político por el otro. Vienen al menos cinco nuevos partidos políticos a cambiar el escenario tradicional, que recogerán los fragmentos de la crisis de las coaliciones. Se viene un gran rebaraje del naipe político apuntando ya a las presidenciales y parlamentarias del 2017.
El estudio del futuro se basa en tres grandes variables: las inercias en diversos ámbitos que vienen del pasado, los eventos que golpean en diversas direcciones dichas tendencias, y los múltiples propósitos humanos que se expresan en los emprendimientos y en la política. En el corto plazo (el 2016) las tendencias son predominantes y los eventos de baja probabilidad y alto impacto golpean al sistema. Por razones de espacio tomaré solo dos áreas.
La columna vertebral es la inercia de una economía a la baja, tanto en inversión, productividad y empleo. Las cuentas públicas muy desequilibradas, inflación alta, precio del cobre muy bajo, y un creciente endeudamiento público. Lo más probable es que esta tendencia continúe, que el Banco Central siga subiendo la tasa, y este año sea aún un poco peor, incluso un poco recesivo a partir del segundo trimestre. La reforma “sindical” en curso es muy deficiente, será un duro golpe a las empresas, y el contexto internacional tampoco ayudará. Será difícil para el Gobierno seguir ocultando la real situación de desempleo. El déficit fiscal podría llegar a 4,5% del PIB, lo que es una grave hipoteca del futuro. Los problemas de Codelco serán delicados. Aumentará la crisis de TVN, y muchas empresas pequeñas empezarán a tener problemas de sobrevivencia. En suma, un mal escenario.
En materia política, la evidente desavenencia de las coaliciones se manifestará en plenitud. Con alta probabilidad la Nueva Mayoría se va a quebrar en el segundo semestre. Se inicia la formación de una coalición de la nueva izquierda por un lado (PC, IC, MAS, PPD, PRSD, parte del PS), que luchará contra “los poderosos de siempre” abriendo una agenda abiertamente populista, y se formará un nuevo centro político por el otro. Vienen al menos cinco nuevos partidos políticos a cambiar el escenario tradicional, que recogerán los fragmentos de la crisis de las coaliciones. Se viene un gran rebaraje del naipe político apuntando ya a las presidenciales y parlamentarias del 2017. Las candidaturas presidenciales irán apareciendo como parte del proceso de las municipales, lo que complicará la actuación del Gobierno. Es probable que además de los candidatos que ya hoy se aprontan desde la política tradicional (que son muchos) se agreguen algunas nuevas caras. Quizá algún empresario populista, una mujer muy ambiciosa un poco oscura, y algún(a) ecologista, humanista, o intelectual muy amable y respetado. ME-O será candidato, Lagos no podrá, Ossandón será candidato, Piñera aún lo está meditando. En la DC la pugna será Walker-Burgos que dependerá de lo que ocurra en el Gobierno.
Se iniciará el proceso constituyente que será muy cuestionado por poco transparente y no ser neutral. La enorme pelotera político-judicial seguirá penando el ambiente nacional y veremos los desfiles por tribunales de nuestras personalidades, varias de las cuales serán inculpadas. Incluyo el tema Caval, y los temas empresariales en curso.
Para el Gobierno, se inicia el año con una severa crisis de gabinete, a su vez con la imagen pública muy deteriorada con apoyo del 17%. Habrá más de un cambio en el año. Bachelet seguirá aislada y ausente, quizás viajando aún más al exterior. La reforma educacional de gratuidad empezará a operar y las dificultades serán enormes por su pobre diseño técnico y tremenda discriminación. En mi opinión veremos un tercer “transantiagazo” nacional (el segundo fue la reforma tributaria) de alcances difíciles de predecir. El descontento estudiantil será de proporciones y traerá no solo grandes problemas en el funcionamiento de las universidades, sino de amplias protestas públicas con todas sus secuelas. La delincuencia seguirá rampante: es difícil apretar la mano en tiempos de elecciones. La Araucanía seguirá aun peor. La salud pública seguirá aumentando su deuda y sus problemas de gestión, lo que dará origen a paros y protestas diversas. La polarización será creciente, lo que es muy negativo para el país.
Los eventos de baja probabilidad y alto impacto removerán el escenario una y otra vez como lo ha sido hasta aquí (Caval, camioneros a Santiago, Confort, Viaje a La Araucanía, renuncia del jefe de gabinete, etc.)
El 2016 será muy difícil, peor que el 2015. La clave la tiene el Gobierno, que ha generado la actual situación por su “infantilismo progresista” en palabras de I. Walker. La única salida es el abandono formal de la retroexcavadora y volver a la moderación de los grandes acuerdos. Eso mismo genera una crisis en la Nueva Mayoría. La palabra la tiene exclusivamente Bachelet y ese es el problema central.
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