
De acuerdo con la constitución, el sistema federal australiano incluye un gobierno federal nacional y seis gobiernos estatales. Los territorios autónomos poseen gobiernos muy similares a los estatales.
Los estados y los territorios cuentan con gobiernos municipales que manejan los asuntos locales, tales como la administración de parques, la recolección de basura, el respeto del orden público y la seguridad, el mantenimiento de las vías locales, etc.
Por su parte, el gobierno federal se ocupa de temas de mayor envergadura como las relaciones internacionales, el comercio internacional, la defensa del país, la inmigración y otros.
En la práctica, los dos niveles de gobierno cooperan en muchas áreas.
Los servicios públicos federales, estatales y territoriales son todos profesionales, en el sentido de que contratan a funcionarios permanentes para servir al Gobierno que esté en su momento, independientemente de su ideología política.
Los gobiernos, tanto el federal como los estatales, incluyen un poder legislativo (el parlamento), un poder ejecutivo y un poder judicial.