«Hoy el sector empresarial está pasando “colado”. Pero tiene mucho que decir a la hora del descrédito de las instituciones. Para ser justa, porque también lo hago a la hora de hablar de los parlamentarios, no son todos los empresarios. Pero es desde las empresas desde donde vino el financiamiento “trucho” a la política. Es en muchas de sus gerencias donde se planificó cómo y cuánto pagar y cómo cobrarse esos favores.»
Entendiendo que parte importante de la política es diálogo. Y lo celebro. Se pueden aunar criterios. Se pueden ver otros puntos de vista. Se puede convencer al otro. O se define por mayoría.
Una autoridad que dialogue es importante. En un centro de alumnos, en la junta de vecinos, desde los municipios, al interior de los centros de estudios, en los sindicatos y desde la Presidencia de la República.
La reunión entre la Presidenta del país y los empresarios, sin embargo, se me hace distinta. Más que un diálogo, parece un llamado a la autoridad a rendir examen. Es la actitud de los que componen la Confederacion de la Producción y el Comercio. Es la forma. Es el trato. Se realiza a puertas cerradas, no hay acceso a la prensa. Hay una suerte de venia o reverencia al mundo empresarial. A la salida se muestran satisfechos o no satisfechos, como si lo que se dijera adentro debía agradarles.
La Presidenta, además, va de invitada flanqueada por varios de sus ministros. Como si necesitara de escuderos. Como van los ministros a la interpelación del Parlamento. No aparece como algo natural. Al contrario, se nota tenso.
Finalmente este tipo de reuniones nos muestran tan claro cómo somos de distintos en Chile. Cómo hay unos que pesan mucho más que otros. Cómo hay privilegios a la hora de manifestarse a favor o en contra de una reforma legal. Cómo se «atiende» a un sector respecto de otros.
Hoy el sector empresarial está pasando «colado». Pero tiene mucho que decir a la hora del descrédito de las instituciones. Para ser justa, porque también lo hago a la hora de hablar de los parlamentarios, no son todos los empresarios. Pero es desde las empresas desde donde vino el financiamiento «trucho» a la política. Es en muchas de sus gerencias donde se planificó cómo y cuánto pagar y cómo cobrarse esos favores. Ellos también están desfilando por la fiscalía.
En un Chile desigual como el que vivimos hoy, es importante deshacernos de los privilegios que componen buena parte de esa desigualdad. Los experimentamos y vemos todos los días. Y tal como se busca un país que genere igualdad de condiciones, también es importante un país donde no existan grupos privilegiados.
Sólo esta semana se ingresó un proyecto legal para que sacerdotes deban prestar declaración en tribunales y no tengan el «privilegio» de ser interrogados en sus lugares de residencia. Desde que volvimos a la democracia que buscamos modificar la justicia militar, para que sólo opere en casos militares y no en casos civiles donde se involucre a algún militar o policía, con «privilegio» para los inculpados. ¿Por qué la Presidenta acepta un diálogo con una entidad gremial completa, junto a sus principales ministros, a puertas cerradas?
No niego la importancia de un sector productivo fuerte. Pero una cosa es ser un gremio importante y otra cosa es gozar de privilegios que aumentan las brechas de desigualdad.
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