Algunos hoy piensan que la Presidencia de Chile está vacante, que transcurrido el verano vendrá un otoño de dos años…
Nos aprontamos a otro verano Caval. Sebastián Dávalos Bachelet subió la temperatura veraniega acusando a Rodrigo Peñailillo y a La Moneda de complotar contra él. La nuera de la Presidenta acaba de ser querellada por el Servicio de Impuestos Internos debido a “la presentación de declaraciones de impuestos maliciosamente falsas”, y la Presidenta elevó la temperatura al máximo al visitar La Araucanía en un viaje secreto, en el cual cometió todo tipo de errores, siendo el principal haber viajado a espaldas de su ministro del Interior, desacreditándolo.
El lunes el comité político y los presidentes de la Nueva Mayoría estuvieron reunidos hasta tarde tirándole agua al incendio provocado por la Presidenta. Las llamas siguen ardiendo en Palacio y los focos de nuevos incendios se propagan rápido en cuatro reparticiones de Gobierno. Es así como la temporada veraniega se inicia con las renuncias de los subsecretarios en las carteras de Economía, Cultura, Redes Asistenciales y Sernam.
Como si fuera poco, la ex ministra de la Vivienda Patricia Poblete renunció al cargo de coordinadora del equipo asesor del segundo piso, también en permanente conflicto con Ana Lya Uriarte, quien ha liderado no solo el gabinete de la Presidenta, sino que además se ha impuesto en las definiciones políticas que deberían recaer sobre el ministro del Interior, conflictuando así la relación con el propio Burgos y la Democracia Cristiana. Y si usted cree que la temperatura ya es muy elevada, también renunció la jefa de comunicaciones de la Segegob, Ginette Joignant, tras estrellar su auto contra un poste mientras conducía aparentemente, según consigna la prensa, bajo los efectos del alcohol.
Así las cosas, este nuevo verano Caval se vislumbra muy caliente. Tanto así que no solo al interior de la familia gobernante está caldeado el ambiente, sino también los allegados al clan están tirándose los platos por la cabeza. El presidente de la Cámara de Diputados, Marco Antonio Núñez (PPD), bautizó como el “Ricardo Arjona de la política chilena” al conductor de la retroexcavadora y miembro también de la familia de la Nueva Mayoría, el senador Jaime Quintana, calificándolo como “una combinación de intrascendencia y agresividad”, usando la misma agresividad que critica para descalificar a su “pariente político”. A su vez, el timonel del PPD retruca diciendo, en alusión a Núñez, que “a algunos nos les hace bien el exceso de fiestas y el cola de mono”.
El ex ministro del Interior Belisario Velasco, miembro del mismo clan gobernante, aprovechando el verano y la playa, le tira arena en los ojos al presidente de la DC, Jorge Pizarro, diciendo que “no nos representa con la forma en cómo ha estado actuando” y que “… en un momento como este, él lisa y llanamente se ha afirmado en un cargo que es de vital importancia”. También lo acusa de “meter a sus hijos en una empresa que le pidió plata a Julio Ponce Lerou” sin hacerse cargo de su responsabilidad, proponiendo que en marzo sea la junta de la DC la que lo destituya.
A su vez, Mariana Aylwin, otra integrante de la DC, dice: “Hay un estilo totalitario y sectario en el Gobierno cada vez que uno hace una crítica”, “falta diálogo democrático y hay una desvalorización de las instituciones”.
No podían faltar en esta temporada los “viudos de verano”, aquellos que siendo parte del proyecto del Gobierno ya no están en posiciones de poder, pero que le tienen cariño a la familia y ven que lo que esperaban fuera un verano como los de antaño, en los que muchos de ellos se reunían en Cachagua para gozar de la brisa marina, escuchar el reventar de las olas, estirar su toalla y relajarse para descansar, ahora se transforma en una tormenta estival.
Son estos “viudos de verano” 26 ex personeros de la Concertación y militantes de la DC, varios de ellos ex ministros y ex subsecretarios, quienes en una carta abierta critican el rumbo, las reformas y al Gobierno de Bachelet. Lo acusan de conducirnos bajo la consigna del “progresismo sin progreso”, a la Presidenta de que su estilo basado en el “secretismo” no está contribuyendo al ambiente político, que se está dañando el crecimiento del país, que se encuentra en serio riesgo de perderse lo conseguido durante 30 años, producto de un diagnóstico errado y de un mal diseño de las políticas públicas que se han llevado adelante.
Hacen un llamado “a reorientar la mirada de quienes en el Gobierno han preferido el apresuramiento a la calidad, y el Estado por sobre los organismos intermedios y las personas”. Advierten: “El Estado nunca será capaz de lograr todo a la vez y sin costos de ningún tipo”.
En plena temporada de piscina, la economía se acaba de pegar un nuevo “guatazo” con un crecimiento de solo 1,8% cuando el mercado esperaba 2,5%. El dólar llega a su máximo en muchos meses, rozando los $720 presionando al alza la inflación, y el endeudamiento de Chile volvería aumentar este año en otros US$10.000 millones.
Algunos piensan que la Presidencia de Chile está vacante, que transcurrido el verano vendrá un otoño de dos años, en los que nos deberemos acostumbrar a convivir en un país dividido, estancado y con una conducción errática, donde cada cuatro meses la DC sufra un desencuentro que amenace e imponga condiciones a la Presidenta, hecho inédito en la historia republicana. Pero que tal como en una pataleta desatendida, al final todo siga igual.
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