Los seis legisladores recibirán hoy a dirigentes de la CUT y analizarán junto a abogados laboralistas las últimas indicaciones del Ejecutivo. Deben resolver entre rechazar una solicitud del gobierno o aprobar dos enmiendas que consideran dañiñas para los trabajadores.
Los seis senadores del PS se reunirán hoy, cerca de las 11.45 horas, en la sede de Santiago del Congreso para adoptar una difícil decisión: apoyar a la Presidenta Michelle Bachelet aprobando las últimas indicaciones que el gobierno ingresó al proyecto de Reforma Laboral o dar una última batalla y rechazar dos de esas enmiendas que, según sus convicciones, van contra el espíritu del proyecto y son dañinas para los trabajadores.
La principal “indicación de la discordia” es la que entrega al empleador la facultad de hacer “adecuaciones necesarias” en su fuerza de trabajo en caso de huelga, lo que en opinión de socialistas, comunistas e incluso algunos DC -ya que el PPD optó por una postura neutral-, puede traducirse en un “reemplazo interno encubierto”. Esta modificación había sido ingresada por el Ejecutivo cuando el proyecto llegó al Senado, pero la Nueva Mayoría la removió.
La otra emnienda que les molesta exige un quórum de 50% para formar un sindicado en pequeñas empresas, lo que consideran un porcentaje demasiado alto.
La restitución de la primera y la inclusión de la segunda indicación fueron parte de las exigencias que algunos senadores de la DC -Andrés Zaldívar, Ignacio Walker, Patricio Walker, Manuel Antonio Matta, y de manera más flexible Jorge Pizarro-, hicieron al gobierno para “sentarse a conversar” sobre un posible acuerdo para destrabar la Reforma Laboral.
El grupo DC también pedía voluntariedad de la negociación interempresa y extensión de beneficios a los trbajadores no sindicalizados, sin embargo, con el avance de la negociación fijaron como prioridades las dos anteriores.
Tomando nota, el gobierno negoció una fórmula en que la DC conseguía sus dos puntos -con leves ajustes- y se mantenían los requisitos para la formación de sindicato interempresa y no extensión de beneficios a no sindicalizados, que acomodaba al PS. Sin embargo, el acuerdo no prosperó debido a que la indicación sobre sindicatos interempresa fue posteriormente modificada por el gobierno generando molestia en la DC.
Imposición DC
En este cuadro en el PS algunos se inclinan por rechazar las “adecuaciones necesarias” y desmarcarse de la propuesta de La Moneda. Además de estar en contra de la medida, varios creen que es un “sacrificio” sin sentido si la DC no da garantías de aprobar el resto del proyecto.
“Estuvimos dispuestos a ceder algunas cosas a cambio de que ellos cedieran algo, pero la DC quiso imponer todo lo suyo y ahora está cuestionando todo, incluso lo de sindicato interempresa y la extensión de beneficios”, cuestionó el jefe de comité PS, Carlos Montes.
El senador dice que “no se entiende” el rol que tuvieron los DC en el debate: “Tenían tres votos y eso impidió avanzar. Es lo que ha ocurrido siempre que hemos tratado de mejorar las leyes laborales. Al final siempre ha habido dos o tres senadores DC que terminan poniendo freno a la transformación que se quiere hacer”.
Los partidarios de votar contra las “adecuaciones necesarias” apuestan a que lleguen con votación dividida a tercer trámite, y a que, dadas las diferencias que hay en la Cámara, haya comisión mixta. Creen que así será la DC la que tendrá que “asumir la responsabilidad” de votar “contra la reforma”, según sostienen en privado.
Los más escépticos de esta fórmula advierten que, dadas las dificultades para conseguir un consenso sobre el punto, existe el riesgo de que se termine sin ley en esta materia.
En el PS, en todo caso, exculpan al gobierno en las dificultades para conseguir los votos a la Reforma Laboral. Senadores de ese partido sostienen que se actuó “de buena fe” al pretender buscar consensos con la DC. Y pese a que la propia Presidenta dijo el miércoles 2 que, en su opinión, la normativa “no permite el reemplazo interno”, en privado ha manifestado sus reparos.
La molestia con la DC -sin embargo-no afloja. “Después de 25 años luchando por restablecer derechos que los trabajadores perdieron hace 40 años, inquieta la posición de estos colegas de la DC. Preocupa”, dijo el senador Juan Pablo Letelier, de la comisión de Trabajo, y añadió que “si la estrategia de estos senadores es, en el fondo, relativizar y debilitar la reforma, es mejor que ellos paguen el costo en el Senado. Han tratado de esconderse, de no asumir su responsbailidad traspasándola al gobierno, lo cual me parece poco correcto”.
El PS debe tomar una decisión en la reunión de hoy, pues las nuevas indicaciones serán revisadas esta tarde por la comisión de Trabajo, y lo más probable es que se voten en sala mañana o el miércoles. Buscan votar en bloque, como bancada, y para dirimir invitaron a la cita a algunos dirigentes de sindicatos interempresa, de la CUT y a abogados laboralistas.
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