Por Maximiliano Hernández
En agosto de 1949, el gobierno de González Videla dispone un alza en los pasajes de movilización a 20 centavos, que en aquellos tiempos era conocida como ‘la chaucha’, causando una revuelta entre estudiantes y obreros con la policía del Estado.

Ese enfrentamiento fue un éxito, causando la derogación del decreto y una página casi olvidada de los libros de la historia austral de Sudamérica.
Octubre de 2019, el gobierno analiza un alza al transporte capitalino en hasta $30, con una ciudad más avanzada y conectada que a fines de los 40, sin embargo, el pueblo está enfadado y no sabe mucho que hacer, durante 70 años habían transcurrido olas de cambio que los adultos y gente que con orgullo participo ya estaba traumado y con los brazos caídos. No obstante la historia se vuelve a repetir, con estudiantes de liceos de toda índole salieron a manifestarse contra el alza, pero esta vez al transporte subterráneo.
Durante estos días vuelven a repetirse los desmanes y la seguridad a realizar el trabajo sucio, pero esta vez ¿Por qué vuelve una huelga de la chaucha’?. Más que nada transcurre desde el año 2005 cuando se planteó un cambio en el sistema de movilización que a corto plazo resulto un gran fracaso estratégico y financiero, se realizaron reformas tras reformas para palear las falencias de los buses y trenes, la evasión y la poca transparencia del modo de pago a los conductores de las nuevas concesiones, en el año 2007 salieron las primeras protestas contra los cambios, pero no fue lo esperado por el pueblo, los pasajes se incrementaban cada vez que existían un reajuste por los motivos señalados hace poco causando que en 10 años aumentase hasta en un 72% el valor original de lo publicado por cierto deportista.
A pesar de las reformas a corto y mediano plazo el sistema no resistía mucho, a pesar de tener el soporte de la columna vertebral del sistema, el metro, un sistema de trenes que más daño a su reputación ha sufrido desde el plan del capitán planeta, 4 gobiernos después y con un sistema que lentamente estaba acostumbrándose para bien al santiaguino, surgió la tercera alza anual y apenas los salarios habían subido en marzo de este año.
La gente que gana sobre el salario promedio del país ($800.000 según estudios y otros con cifras cercanas al $1.500.000), le cuesta saber que $30 pesos al día genera un ajuste al cinturón significativo y quiénes lo entendieron más fueron los alumnos de enseñanza media y superior quienes un lunes 14 de octubre comenzaron a realizar pequeñas manifestaciones contra el alza pasando sobre los torniquetes del orgullo nacional.
Hasta allí todo normal para ellos, los guardias y vigilantes no podían hacer mucho salvo notificar algunos desmanes causados, pero los días pasaban y más puntos y manifestaciones ocurrían, llegó nuevamente la policía, causando mayor indignación por parte del pueblo ¿Y porque? Sencillo, en una ciudad, donde la delincuencia a aumentado progresivamente desde el tercer milenio y en situaciones puntuales del pueblo no han sido tomados en cuenta, consideraron a los que su escudo es “orden y patria” y parte de su himno “que son del débil” a tenerlos como traidores del pueblo o perros del capitalismo una vez más y ese es el punto, la historia se repite, pero no sabemos aún como será el final.
¿Bajarán el pasaje y buscarán otra forma de juntar más impuestos al fisco?
¿Quedará en nada?¿Satanizaran al que estudia y cuestione lo que hacen sus mayores?
Ojalá eso saberlo está semana o dentro del mes.