
En este artículo se entrega una visión completa acerca de los ferrocarriles construidos y explotados en la región austral de Chile y se ofrece asimismo una explicación sobre su modesta expresión histórica, cosa notable en un territorio como la Patagonia chilena en cuya colonización y desarrollo ulterior fue importante la utilización de la tecnología industrial moderna. Se dan a conocer también algunas interesantes iniciativas ferrocarrileras que no llegaron a materializarse.
Introducción
La precaria situación por la que pasaba el establecimiento de Punta Arenas al promediar la década de 1860 debido a la condición inconveniente de lugar de relegación y castigo para presidiarios que mantenía desde años antes y la falta de estímulos para llevar adelante alguna iniciativa de fomento que permitiera mutar el estado de cosas, movió al gobernador de la Colonia de Magallanes Damián Riobó a considerar la conveniencia de la explotación del yacimiento de lignito que se sitúa al oeste de Punta Arenas, en el interior del valle entonces conocido como «del río Carbón», como una fuente de actividad económica que sirviera de estímulo para el desarrollo colonial, justamente cuando se conocía el interés de algunos empresarios en Gran Bretaña que planeaban el establecimiento de un servicio regular de navegación a vapor entre Europa y la costa oriental del Pacífico por la vía del estrecho de Magallanes (Martinic 1998, 1992 y 2004).
Fue así que en el curso de 1866 Riobó propuso al Supremo Gobierno la conveniencia de construir una línea de ferrocarril que uniera la rada de Punta Arenas con el yacimiento carbonífero, de modo de permitir la extracción del mineral y su traslado a la playa del puerto para su ulterior oferta y venta a las naves que recalaran en la colonia1. Aunque, como ocurriera con otras sugerencias y propuestas de ese tiempo, la indicación no tuvo acogida, la de Riobó merece ser consignada para la historia como la primera referida a la construcción de un camino de hierro en la parte austral de América.
Al cabo de algunos años la iniciativa pudo materializarse y se inició de esa manera el historial particular de la actividad ferroviaria que registraría contadas expresiones de carácter menor en cuanto a envergadura, comparado con lo acontecido en otras regiones de Chile, y ello, paradojicamente, en un territorio en el que de manera coetánea se generó y desarrolló un impresionante desenvolvimiento productivo que permitió situar a Magallanes en un rango de progreso general por cierto notable, con una beneficiosa influencia hegemónica sobre toda la gran región meridional del continente.
Si bien las manifestaciones conocidas del género fueron de menor significación, no faltaron algunas propuestas de interés que sensiblemente no llegaron a fructificar y sobre las que también se da cuenta para el registro de la historia ferroviaria chilena.
El propósito de esta monografía es el de dar cuenta sucinta de lo acontecido a lo largo de poco más de un siglo, entre 1869 y 1973, entregando toda la información que ha sido posible compulsar sobre la materia, en buena parte dispersa o casi perdida, con el fin de llenar los vacíos y rectificar algunas informaciones erradas que se advierten en algunas publicaciones que se han ocupado de la misma.